martes, 24 de enero de 2012

Los padres de familia presentes en los PROYECTOS EDUCATIVOS




 
Padres, Docentes y Estudiantes en el Proceso Educativo

Si bien una gran cuota de responsabilidad corresponde al docente, debemos tener bien claro que el proceso educativo es un fenómeno social y colectivo, lo que implica que también existe una cuota de responsabilidad por parte de los padres, y fundamentalmente, del propio estudiante.

Cuando se trata de niños o jóvenes, los padres deben ser conscientes que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, y buscar una comunicación fluida con los docentes para aunar esfuerzos en pro de la eficacia del proceso, por ello es necesario el trabajo en equipo y equilibrado y una forma de lograrlo es mediante la ejecución de PROYECTOS EDUCATIVOS como los realizados en LAS FERIAS DE CIENCIAS, que cada año se desarrollan.
Difícilmente podrá orientarse adecuadamente una persona que recibe señales contradictorias respecto a lo que se espera de él o lo que se piensa es mejor para su realización como ser humano. Si existe madurez en la relación institución educativa - familia, la colaboración mutua favorecerá notablemente la transformación deseada para bien del estudiante. Por esto, si las condiciones no se dan, los padres tienen el derecho y el deber de exigir un ámbito de participación que les permita intercambiar ideas y colaborar con los responsables de la educación formal de sus hijos.
La actitud de padres y docentes debe ser equilibrada, con afecto y brindando orientación hacia una autonomía pensada y reflexiva. Nunca debe constituirse en un duelo de agresiones, con una represión sistemática que acreciente un carácter agresivo y sentimiento de inferioridad y de esta manera se logrará mayor tranquilidad para el estudiante.
En una familia, un niño o joven a veces es considerado “insoportable”. Son cansadores, es cierto, pero quizá resultaría más positivo tratar de encauzar su intranquilidad impulsándole a realizar algún deporte, o buscando actividades dentro de su hogar que lo mantengan en una actividad positiva.
Por poco que logremos, las relaciones siempre mejorarán.




Una relación de confianza:


Padres y Maestros

Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores.





Características de la relación Familia-Escuela

El principio de subsidiariedad es el que marca esta relación. Es la familia quien tiene el derecho-deber de la educación.
.Son los padres quienes tienen la posibilidad de decidir acerca de las cuestiones esenciales: más, a medida que los hijos son menores.
.Son los padres quienes eligen el centro educativo, sobre todo en las etapas de Educación Primaria y Secundaria. Ayudan a los hijos también a elegir los amigos al situarles en determinados contextos sociales, don, de se entablan las relaciones de amistad.
.Son los padres quienes, como consecuencia de su estilo de vida, relaciones, conversaciones, juicios, etc., van creando una cultura familiar que es clave en todo el proceso de maduración de la persona, de tal manera que muchos de los referentes en la toma de decisiones de las personas adultas se basan en actitudes y valores adquiridos en los primeros años de vida.
.Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.
.Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores
Y es al elegir la escuela cuando la hacen partícipe de sus deseos, ideales, valores y objetivos educativos, aunque con frecuencia no los tengan ellos mismos suficientemente definidos o explicitados.
Establecen los padres con la escuela una particular relación de confianza, mediante la cual delegan autoridad, funciones, objetivos familiares, etc., en la institución a la que confían sus hijos.
La relación que se entabla entre familia y escuela es tan peculiar que sólo cabe situarla en el marco de la confianza- es la escuela, corno parte de la familia, una prolongación suya, adquiriendo así su pleno sentido.
Esa relación de confianza es la que determina, matiza y da forma al binomio familia - escuela, que debe estar marcado por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos. Ello implica una verdadera relación de comunicación donde padres y maestros establezcan una vía abierta de información, de orientación, sobre la educación de los hijos, constructiva y exenta de tensiones por el papel que cada uno de ellos desempeña.
En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa, más allá de las aportaciones puntuales de información sobre los hijos, en la medida que lo requieran los maestros: esto es, trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en orden a un proyecto común de educación.
Si no se produce ese acuerdo previo sobre cómo y para qué queremos educar a nuestros hijos, la disfuncionalidad en la relación padres-maestros y en el mismo proceso educativo, estará asegurada. Una escuela no puede limitar su actividad a los campos que sean de su exclusivo interés, sin atender a las necesidades de la familia. Esa peculiar relación de confianza-servicio es característica de la escuela, particularmente en los niveles de Primaria y Secundaria.






Responsabilidades de la Familia para con la Escuela
El éxito escolar es un esfuerzo conjunto. Las experiencias de aprendizaje exitosas empiezan en casa. Cuanto más involucrados se encuentren los padres en la educación de sus hijos, mucho más seguro será que los niños tengan éxito en la escuela y en su vida. El éxito en la escuela comienza involucrando a los padres en el proceso de aprendizaje, como por ejemplo los proyectos realizados en las FERIAS DE CIENCIAS, y el concurso de PRODUCCIÓN DE TEXTOS que cada año se realiza en nuestra I.E “Cristo Rey”. Apoyo y expectativas claras determinan la orientación del aprendizaje y ayudan a mejorar las relaciones entre la familia y la escuela. Cada niño(a) debería de ser motivado a lograr metas de aprendizaje y a obtener las mejores calificaciones posibles.

El éxito académico se mide también por la habilidad del niño(a) para llevarse bien con otras personas. Dos aspectos importantes del aprendizaje son la comunicación y cooperación con otros niños o adultos para alcanzar metas personales y de grupo. Las familias comparten la tarea de definir los papeles y responsabilidades de sus niños, tanto en el hogar como en la escuela, todo esto se enmarca en “EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS”
Desde el momento en que el niño ingresa a la escuela, los padres y maestros necesitan trabajar juntos para desarrollar el potencial académico y social del niño. La meta de la familia y la escuela es trabajar juntos para desarrollar las habilidades del niño para obtener un aprendizaje que durará por toda su vida. La base fundamental del éxito en la escuela es creada en el hogar. El éxito empieza con las relaciones positivas entre padres e hijos. Actitudes positivas sobre la escuela, el aprendizaje y la vida, proveen la base para construir y sostener excelencia.




Responsabilidades de la familia:
1. Proveer un ambiente familiar cariñoso y de apoyo.
2. Practicar escucha activa, mantener conversaciones y mostrar que está interesado en lo que su niño tenga que decir.
3. Enviar a su hijo a la escuela preparado para las actividades del día, con un desayuno adecuado y descansado después de dormir en la noche.
4. Mantener informada a la escuela de cualquier cambio en el estilo de vida de los niños que pueda afectar su progreso en la escuela.
5. Trabajar en cooperación con los maestros los proyectos emprendidos, personal de la escuela y otros padres.
6. Aprender tanto como sea posible sobre la escuela.
7. Proveer liderazgo siendo parte de los grupos de padres de familia.
8. Contribuir con sus servicios en cualquier forma que ayude al enriquecimiento de la escuela en general.
9. Ofrecer crítica constructiva, si es necesario.
10. Involucrarse en programas escolares (Plan Lector) y comunitarios que ayuden a mejorar la salud emocional y académica de las personas que participan.
Los niños criados en un ambiente de aprendizaje adecuado, llegan a la escuela con las habilidades fundamentales y las actitudes necesarias que los maestros igualan con éxito.





La importancia de los padres en la educación

Aunque haya sido dicho hasta el cansancio, vale la pena repetirlo: ser padre o madre es uno de los desafíos más difíciles que plantea la vida para cualquier persona y a la vez, una tarea en extremo gratificante. Ser padres es una opción tan importante, que puede darle sentido a la vida de una persona, al punto de que en condiciones de adversidad, seguir adelante y luchar “por los hijos”  se convierte en el objetivo de muchos padres y madres.

La importancia de las funciones parentales, reside en que no se trata sólo de nutrir y cuidar a los hijos, sino también de brindarles la protección y la educación necesaria para que se desarrollen como personas sanas, buenas y solidarias. Pero, una pregunta que se hacen últimamente los investigadores es: ¿acaso, tener un hijo convierte automáticamente a una persona en padre o madre?

Para la ley, ser padre o madre es una condición que se asigna por el derecho que da la consanguinidad o la adopción; la misma supone el cuidado responsable y la satisfacción de las necesidades de los hijos; sin embargo, no todos los niño/as reciben de sus padres este tipo de atención en cantidad y calidad suficientes.
La Dra. Solís Pontón, psicóloga de la Universidad de París, sostiene que tener un hijo no significa convertirse automáticamente en padre o en madre. Esto es algo que va mucho más allá. Explica Pontón: “la parentalidad tiene que ver con un proceso eminentemente psicológico que supone un trabajo que los padres hacen sobre sí mismos”.
Como resultado de numerosas investigaciones realizadas en los últimos tiempos, se ha concluido que el bienestar infantil es el producto de un complejo proceso, basado en una práctica de buenos tratos en la cual interactúan al menos tres factores que se entrelazan entre sí:

1. Las necesidades básicas infantiles.
2. Las competencias o capacidades parentales 
3. El contexto social circundante.

Las necesidades básicas de los niños y las niñas son múltiples y cambian a medida que crecen: son evolutivas. Los padres para dar satisfacción a las mismas, deben disponer no sólo de recursos y capacidades, sino también de suficiente plasticidad como para que sus repuestas se adecuen a cada etapa del desarrollo de los hijos. Por ejemplo, no es lo mismo cuidar, proteger y educar a un niño pequeño que a un adolescente.
A. Necesidades básicas. Los niños/as requieren, para crecer y alcanzar un desarrollo saludable, satisfacer dos tipos de necesidades: materiales y psicosociales. Las primeras incluyen: alimentos, ropa, asistencia médica, protección frente a los peligros, una actividad física sana y un alojamiento que les permita vivir en condiciones higiénicas y seguros para mantenerse vivos y sanos. Las segundas, comprenden necesidades afectivas, de aprendizaje y conocimientos, de socialización y éticas.
a. La satisfacción de las necesidades afectivas, le permite al niño/a establecer vínculos con sus padres y otras personas significativas en su vida (familiares, maestros, amigos). A partir de estos lazos será capaz de crear relaciones saludables con su entorno humano y natural, y de pertenecer a una red social. Si el niño recibe el afecto que necesita será capaz de dar y recibir afecto.

Los niños necesitan recibir mensajes positivos y benevolentes, para sentirse aceptados y reconocidos y para que su vida trascurra en un clima de seguridad emocional donde la expresión de los afectos - tanto negativos como positivos – sea posible. 

Los vínculos afectivos incondicionales y continuos de buen trato favorecen que el niño/a, al mismo tiempo que entreteje lazos con su medio, desarrolle el sentimiento de pertenencia a la familia y a la comunidad






1 comentario:

  1. Padres, madres de familia y asesora unidos por el bienestar de sus hijos é hijas.
    Veamos el APRENDIZAJE basado en PROYECTOS una alternativa importante en el proceso Enseñanza Aprendizaje.

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